domingo, 29 de marzo de 2015

Wattpad

Holaaa, sé que hace mucho que no me paso por aquí, pero es que ya tengo el blog bastante abandonado...
La historia está bastante avanzada en wattpad. No sé si sabéis qué es, pero a las que os guste leer, os va a gustar mucho. Hay miles de historias, y la mía entre ellas. Os dejo el link
http://www.wattpad.com/story/9895679-d%C3%A9jame-amarte aquí.

Bueno, la novela ya está acabada, y la segunda parte en marcha. Si tenéis alguna duda pedidmela por twitter, por aquí o por wattpad mismo.

Un beso enorme y gracias por acompañarme en mis inicios a la hora de escribir.

Os quiere,
Rise.

martes, 16 de diciembre de 2014

Capítulo 32

"Cuando un paciente consulta por hipoacusia subjetiva unilateral de unos meses de evolución y el diagnóstico final es de schwanoma del acústico, la audiometría típica consiste en:"

Leo de nuevo la pregunta intentando recordar en qué parte estaba escrita en mis apuntes eso. 

- Estoy segura de que es la "a"- pienso mordiendo neviosamente mi bolígrafo ya bastante viejo. Miro el reloj de la pared y marco la a antes de pensar y arrepentirme.

"a) Una hipoacusia neurosensorial de predominio en frecuencias agudas".

Separo la hoja de preguntas de la plantilla y corro a la mesa de la profesora para entregar mi último examen de antes de navidades. Respiro la libertad y la pespectiva del tiempo libre junto a Alex durante todas las navidades. 

Llevaba sin verle desde hacia ya una semana cuando habíamos ido a cenar a un mesón de mala muerte a las afueras. Por fuera parecía bastante normal, pero dentro estaba lleno de hombres ya de una avanzada edad travestidos y muy sueltos. Aún así fue una de las mejores noches de mi vida por lo mucho que me reí junto a Alex de todo. Tuvieron que traernos dos veces el plato de ensalada que yo había pedido porque encontramos la cabeza de un gusano en el tomate. Lejos de sentirme asqueada, me dió tal ataque de risa que conseguí que todo el restaurante nos mirase. 

No puedo evitar que una sonrisa salga de mi boca. Por fin el último examen. Por fin se acabaron las noches de estudio y por fin podría ver a Alex. A estas horas Alex debía haber entrado en su último examen también y tenía exactamente dos horas antes de que volviese a casa.

Tomás sale del aula y me sonríe al verme. Lo cierto era que le estaba esperando a él.

- ¿Cómo te ha ido?- pregunta él acercándose a mi.

- Bien, ha sido muy fácil.

- Ya te digo, en la única que he dudado ha sido en la 23, pero creo que al final he acertado.- dice él pletórico mientras empezamos a andar.- ¿Estabas esperando a alguien?- dice parándose.

- No, bueno a ti para saber cómo te había ido.- sonrío. Él sonríe también y pasa un brazo por mis hombros haciéndome reir mientras andamos.

Siento alivio de poder estar bien con Tomás de una vez por todas, y también de haber acabado ya los exámenes.

- ¿Qué planes tienes para hoy?

- Ahora voy a casa de Alex, él no lo sabe. No tiene el coche de Óscar para poder venir él, así que no se esperará que vaya.

- ¿Cómo vas a ir?

- En autobús.

- Te llevo.- dice decidido él.

- ¿Qué? No Tomás, si en media hora estaré allí.

- No digas tonterías, tengo el coche aquí al lado y no me cuesta nada. Vamos.- dice tirando de mi.

Tan bien, que hasta me lleva él mismo a casa de Alex. Mucho alivio.

Le escribo un mensaje a Óscar comunicándole que llegaría en nada. Se suponía que Óscar iba a irse en cuanto yo llegase porque tenía un examen, por lo que que Tomás me llevase me iba muy bien ya que él no tenía que estar pendiente de mi.

- Gracias Tomás. En serio.- digo besando su mejilla.

- Tranquila. Ya me contarás qué tal. Feliz Navidad.- dice sonriéndome.

- Feliz Navidad Tomás.- le deseo bajando del coche.

Óscar me cuenta que David se ha ido a visitar a su familia por lo que cuando se vaya él voy a estar sola. Le agradezco por enésima vez que me deje estar allí y que me haya esperado, y después se va.

Una vez sola, me apresuro a quitarme el abrigo, los guantes y la bufanda y saco de las bolsas lo que he traido para cocinarle y que previamente hemos comprado Tomás y yo.

Me maquillo un poco mientras el guiso se acaba de hacer en el horno y miro el reloj suponiendo que está a punto de llegar. Justo en ese momento oigo unas llaves y su voz, así que subo corriendo las escaleras y me meto en el armario de su habitación. Le oigo a hablar, y supongo que estará hablando por teléfono.

- No voy a hacer eso.- le oigo decir mientras entra en la habitación.- Esta tarde no.- le oigo decir más claro.- Ya lo sé.- dice cansinamente.- pues porque seguramente voy a estar con Elena.¿Y a ti qué más te da?- silencio.- Llevo días sin verla y no voy a ir hoy porque no me da la puta gana.- vale, está enfadado.- No siempre voy a estar allí cuando tú lo necesites.- Vale.- gruñe.- Luego te llamo.

Le oigo suspirar y como los muelles de la cama se quejan cuando intuyo que se tumba. Me dispongo a salir cuando la pantalla de mi móvil se ilumina con un mensaje.

“¿Qué tal ha ido el examen? En seguida que acabe de comer vengo a verte. Te echo de menos”.

Tecleo a toda prisa.

“No importa que vengas”.

“¿Qué pasa?”- Noto el tono de alarma en sus pregunta, por lo que sé que sin yo quererlo ha interpretado mal el mensaje.

Salgo del armario y él se sobresalta ligeramente, una sonrisa se dibuja en su cara enseguida que me reconoce, aunque también veo desconcierto en su mirada. Se incorpora y yo salto sobre él cayendo en la cama de nuevo. Le beso dulcemente y él sonríe posando sus manos en mi cintura.

- Me has asustado.- dice él acariciando mi cara.

- No sabía cómo salir sin hacerlo.- sonrío dulcemente.

- No, pensaba que estabas enfadada conmigo.- dice.

- Que va.- digo muy cerca de su boca.- Te he echado mucho de menos esta semana y pico.- digo antes de besarle.- ¿Con quién hablabas?

- Con Fede, ya te contaré.- dice retirando el pelo de mi cara.

- Ven, tengo una sorpresa.- digo tirando de él y haciendo que se levante. Él me sigue a paso lento y con una sonrisa que me dan ganas de hacer que se borre juntando mis labios con los suyos. No me resisto y le doy un breve beso antes de seguir andando, cosa que hace que él sonría más.

- ¿Has venido en autobús?

- Ese era el plan principal, pero Tomás se ha ofrecido.

- Qué amable.- dice entre dientes. Yo rio por lo bajo.- Aunque también habría podido ir yo.

- Me apetecía darte una sorpresa.- digo poniéndome detrás de él y poniendo mis manos en sus hombros, él gira la cabeza para mirarme.- ¿No te ha gustado?- digo ahora alarmada. Él sonríe y se agacha para que me suba a su espalda. Pego un salto y me abrazo a él desde atrás.

- Me ha encantado nena.- susurra él girando su cara para que quede cerca de la mia. Beso su oreja.- ¿Qué hay abajo?

- Baja y lo verás.- le reto poniendo mi barbilla en su hombro. Álex baja sin esfuerzo las escaleras.

- ¿A dónde?- pide él bajo la escalera.

- A la cocina.- ordeno.- Abre el horno.

El olor del guiso llega a nosotros.

- ¿Has cocinado?- sonríe sacándolo del horno.- Qué bien huele joder.

Le muerdo la oreja en forma de reprobación.

- ¡Ay!, lo siento.- rie.- Tiene una pinta exquisita mi amor.- se burla él.- Me estoy muriendo de hambre.- dice caminando a un taburete para que me siente.

- Pues vamos a comer.- sonrío sirviéndole. 

- Te he echado de menos.- dice cogiendo mi mano para que deje el cuchillo durante un segundo. Me mira a los ojos y solo veo sinceridad en ellos. 

- Y yo a ti.- digo dejando el cuchillo mientras él se acerca para besarme. 

Capítulo 31

Miro el reloj por enésima vez, son las siete y media ya y Alex no me ha llamado. He estado estudiando desde que Tomás se había ido pero a estas alturas Alex ya me habría llamado unas tres o cuatro veces. No quiero pensar que esté enfadado por algo que haya hecho, o por haber quedado con Tomás, sé que él le ve como una amenaza y ahora que lo pienso a mi me pondría muy nerviosa que él quedase con Tania. Es más, me pondría furiosa. Era demasiado bueno conmigo. Es en ese momento cuando decido llamarle. Además, él no estaba muy bien esa tarde y probablemente algo malo ocurría, él no solía estar triste por motivos banales. 

Le llamo pero no lo coge, así que me levanto de la silla nerviosa volviendo a marcar, al tercer tono, cuando me estaba dandno por vencida, lo coge. 

- Cuando te he dicho que me dejases de llamar no lo decía en serio.- sonrío tumbándome en la cama ahora más aliviada. 

- Estoy en el hospital, a Fede le están dando puntos en la ceja.

- ¿Qué?- digo incorporándome de inmediato. - ¿Qué ha pasado?

- Se ha metido en una pelea el muy estúpido.

- Me visto y voy para allá.-digo rápidamente.

- No, ya acabamos. Es de noche y tienes que coger dos autobuses.- dice.- Por favor, quédate, en cuanto acabe le dejaré y voy a la resi.

- Está bien. ¿Estás bien? - susurro.

- Sí, estaré mejor cuando le pierda de vista.

- No seas duro con él.- le pido.

- Vale, te quiero.

Colgamos y yo me doy una ducha solo para que el tiempo se me pase más rápido. Cuando me quiero dar cuenta Alex está tocando mi ventana, la abro y el frio viento me congela, él también está congelado. Me estrecha en sus brazos y besa mi coronilla, yo le devuelvo el abrazo.

- ¿Cómo está?- pido mientras él mira mi boca me separo y me siento en el borde de la cama, el se sienta en el suelo enfrente de mi.

- Bien, han sido solo unos puntos.- él tiende su mano para coger la mia.

- ¿Qué ocurre?- pido, él me sostiene la mirada durante unos segundos y luego suspira. Frunce el ceño y por un segundo creo que se va a poner a llorar. Entonces me bajo de la cama sentándome en su regazo a horcajadas y le abrazo.- Alex, estoy contigo, todo se va a solucionar.- aseguro mientras él me abraza, acaricio su cara. 

- He recibido una notificación, estamos pendientes de que venga un asistente social a controlar que todo vaya bien.- dice él apesadumbrado.

- ¿Por Fede?

- Por Fede, por mi, por toda la mierda que he hecho, por mi tía que es mayor, por Miguel que es pequeño...-suelta con rabia. 

- Tranquilizate.- susurro, su boca está muy cerca de la mía. y ambos estamos completamente pegados.- Todo va a ir bien. Cuando vean que Miguel es feliz y que Fede solo está pasando por una mala etapa, se irán por donde han venido y os dejarán en paz. 

- No sé... tengo el presentimiento que algo malo va a ocurrir. Vivo con miedo de que cualquier día me llamen y me digan que Fede está muerto en una cuneta. 

- No pienses eso...- digo debilmente algo asustada.

 - Lo siento.- suspira, esconde su cabeza en mi cuello y yo le abrazo más aún. 

Nos quedamos en esa posición un rato, y dejo que él se calme y se tome su tiempo. Vuelve a suspirar antes de besar mi cuello dulcemente, recorre dejando un rastro de besos desde mi garganta hasta mi barbilla, y luego en mi boca. 

Cierro los ojos mientras nuestras lenguas se entrelazan, me besa dulcemente, y yo le abrazo más porque siento que necesito tenerle más cerca, que me quedo sin aire si él no me besa. Alex baja sus manos por mi espalda hasta llegar al borde de mis pantalones. 

- Quédate esta noche.- susurro en su boca, él me devuelve el beso algo más hambriento. 

- Mañana hay clase.- dice él. 

- Lo sé. 

Me vuelve a besar apasionadamente y 6lmete la mano por dentro del jersey acariciando con su mano caliente mi espalda y cintura. Yo aprieto más mis piernas alrededor de su cintura y él jadea. No dice nada, pero veo precaución en su mirada cuando me mira.

- Va, te invito a cenar.- digo yo solo para que él no diga lo que sé que va a decir. Alex sonríe torcidamente.

- ¿Y eso?- pide rozando mi nariz con su nariz. 

- Me apetece llevar a un sitio bonito a mi chico, ya sabes... por todo.- digo bajando la mirada. 

- ¿Por todo? 

- No es que te haya tratado demasiado bien que digamos.- Digo sonriéndole tristemente. 

- Eso no es verdad, nadie me ha tratado mejor que tú en toda mi vida. 

- No digas esas cosas.- digo tapando suavemente su boca con mi mano. En el fondo seguía sintiéndome algo culpable de que las cosas entre Alex y yo hubiesen ido mal antes de arreglarlo del todo. 

- Vale, no hace falta que las diga si tu las sabes ya.- dice él acariciando mi cara y retirando mi manoo de su boca con delicadeza. Me inclino para besarle dulcemente y algo turbada por el momento. 

- Entonces, ¿vamos?

Él me sonríe ampliamente y veo que en sus ojos ya no hay ni una pizca de dolor. También me doy cuenta que ese dolor ha desaparecido, en parte, gracias a mi y me siento la chica más agradecida del mundo porque él haya querido brindarme esa oportunidad. 

Hola chicoooos, primero tengo que agradeceros todos los votos, a toda la gente que leéis y todos los comentarios de ánimo que he recibido. En serio, muchísimas gracias, por vosotros sigo todo esto porque a veces se me viene un poco cuesta arriba. 

En cuanto a la duración de la novela... mmm no lo tengo demasiado pensado pero por lo que creo hasta ahora supongo que escribiré un par de capítulos más para zanjar Déjame amarte. Hay tantas cosas sobre Alex y Elena que quiero seguir escribiendo que seguramente escriba segunda parte, ya que no creo ser capaz de despedirme de estos personajes tan facilmente. 

En fin, ya sabés en un par de capítulos, no puedo deciros cuántos porque no lo sé, la historia se acaba. aunque igual una segunda parte hace que vuelva a empezar todo. 

Muchas gracias, os quiere

Rise.