domingo, 21 de julio de 2013

Will you keep my secret?

Got a secret, can you keep it?






Hopelessly devoted to you,


I'm Hopeless.






Crecer.

Puede que parezca que mi vida es un drama continuo por todo lo que escribo en este blog.
La verdad es que no lo es, simplemente me hice el blog para poder escribir en momentos de bajón, como ahora, como en las demás entradas.
Escribir me ayuda una barbaridad cuando siento que mi vida se desmorona. Yo soy feliz, ya lo he dicho en otros momentos. Gracias a Dios no tengo ningún problema grave por el que de verdad valga la pena llorar. Pero lloro, lo hago. Siento que no está bien nada. Estaba bien, lo juro. He estado hablando con mi amiga por teléfono hasta ahora. Pero luego, una simple cosa, una simple palabra hace que me desmorone. Y me ponga a llorar como hago ahora mismo.

No puedo más, no sé cómo aguanto toda la presión que tengo encima, y la verdad es que no la aguanto. No soy fuerte porque a la mínima me derrumbo. Pienso que estoy siendo fuerte por aguantarla, pero es que no aguanto nada. Y eso me hace estar mal.

Odio los cambios, la gente dice que son buenos, pero no soporto que las cosas cambien. Aunque luego descubra que el cambio ha valido la pena.
No los soporto, y las cosas no paran de cambiar a mi alrededor.
Escribo esto no por dar pena, no por autocompadecerme, pero es lo que siento, y siento que si no lo hago así no puedo hacerlo de ninguna manera. Cuando estoy bien no siento necesidad de escribir sobre lo que siento, estando como estoy ahora es cuando necesito hacerlo. Necesito escribir.

Desde hace más de un mes todo ha cambiado. He crecido, todos a mi alrededor han crecido. Pero yo no estaba preparada para crecer y he tenido que hacerlo a la fuerza y siento que me ahogo, en momentos como estos me ahogo al pensar en todo lo que me viene encima.

Me despierto cada día, pensando en otras cosas, con una sonrisa en la cara. Puedo hacer mi vida normal si obvio estos pequeños detalles. Pero eso solo lo empeora, porque no lo afronto, simplemente lo pospongo. No quiero crecer, no quiero hacerlo. Porque todo es una mierda ahora, quiero volver al momento en el que tenía  12 años y nada importaba. Lo máximo que podía hacerte llorar era que Rebeca Cózar te quitara los plastidecors en clase de plástica. Y ahora no tienes ni tiempo de llorar, ni tiempo de pensar en lo que está mal en ti. Porque si haces como yo, si hago que no pasa nada luego es peor.
Y si afronto los problemas querrá decir que he crecido. Que dejo mi pasado atrás.

No solo han cambiado las obligaciones, también lo han hecho las personas. Y no sé que soporto más, haber crecido yo o que lo hayan hecho los demás. Gente que sentía que era de una determinada manera hace menos de dos meses ahora es completamente diferente. Siento que se van, que se alejan de mi a una velocidad de vértigo. Y no estoy preparada para perderles.

Que te bequen en la península no es el fin del mundo. Dejar a tus amigos atrás o que te dejen atrás puede no significar gran cosa. Cualquiera lo vería como una oportunidad para avanzar en la vida.
Pero alejarte de la gente que quieres, que está contigo día a día, o que se alejen de ti simplemente es una pequeña gota más para lo que significa crecer.

Y yo no quiero crecer. No si significa tener que aceptar todos los cambios que están ocurriendo.



martes, 9 de julio de 2013

Esto es Clace.




Clace


La mejor virtud de un lector es la paciencia. 



Los lectores siempre somos los que tenemos que esperar. Esperar una segunda parte. Esperar una adaptación cinematográfica. Los stills.
Sufrimos al acabar los libros. Sufrimos al leer el libro. 
Pero todo tiene su recompensa. Y siempre vale la pena esperar.