Capítulo 15

Nada más entrar, sin siquiera encender las luces, me quito los zapatos y caigo sobre la cama rendida. Son poco más de las ocho de la noche, es jueves y no tengo clase ese viernes. Tengo que empezar a pensar el trabajo que tengo que presentar para alguna de las asignaturas si quiero tener buena nota. Decido que al día siguiente iré al estudio de danza pública a bailar. Así podría distraerme. Además podía ir andando, sin necesidad de taxis, buses, o Alex. Me levanto, está oscuro, pero la luz de la luna entra por la ventana iluminando la habitación, voy hacia la nevera y bebo un vaso de agua. Me pongo los pantalones cortos zarrapastrosos y la  vieja camiseta de publicidad que corté hace uno o dos años. Me pongo una rebeca encima porque hace frío, pero mi plan es meterme inmediatamente dentro de la cama. Recojo un poco la cocina antes de todo. De repente oigo un ruido detrás de mi. Ahogo un grito y me giro bruscamente. Alex está plantado a menos de cinco metros de mi, al lado de la ventana.

  • Hola.- dice y aunque sonríe no está divertido. Tampoco enfadado. Hay algo nuevo en su expresión.
  • Hola.- digo aun sorprendida porque haya entrado sin avisar y tan silenciosamente.
  • ¿Has ido a ver a Corina?.- pide él mirando la habitación, la luna le da de lleno en su perfil derecho creando unos contrastes de colores que, aunque no sé dibujar, me apetece hacerlo.
  • Si.- digo apenas sin voz mirándole.
  • ¿Está bien?.- pide, sé que no lo pide de esa manera y no me dan ganas de contestarle irónicamente como haría con otras personas.
  • Si, todo igual.- digo.
  • ¿Se ha portado bien Tomás?- dice entre dientes. ¿Por qué está tan lejos de mi? Normalmente estamos más cerca, mucho mas. ¿He hecho algo malo?
  • No me ha llevado él, le surgió un problema.- él me mira, sus ojos marrón verdosos destellan.
  • ¿Qué?.- casi ruge. - ¿Por qué no me has avisado?- dice aun manteniendo las distancias, yo estoy buscando apoyo en la pared de detrás de mi.
  • Ya te había dicho que iría con él. No quise molestarte, por si tenias otros planes.- explico. Él me mira y bufa sonriendo irónicamente. Niega con la cabeza.
  • ¿No entiendes nada verdad?.- dice él acercándose un paso hacia mi. Alzo una ceja insultada.- ¿Quién te ha llevado?- dice, ahora está a menos de 2 metros de mi.
  • Un taxi.- digo firmemente intentando que me quede algo de dignidad.
  • Dios, eres tan cabezota.- dice en un susurro.

Dice esas últimas palabras como si del fin se trataran, como si cerraran alguna especie de trato, entonces cierra el espacio que hay entre nosotros, cosa que no me espero para nada, pero que quiero como nada. Y de pronto está a escasos centímetros de mi cara. Todo ocurre tan rápido que me cuesta pensar. Respiro con dificultad. Abro la boca ligeramente cogiendo aire. No sé que va a hacer, pero ya no me espero nada bueno viniendo de él. Sus manos cogen firmemente pero suavemente mi cara y junta sus labios, al fin, con los míos. No sé si es la sorpresa o el deseo que me hacen soltar un gemido. Besar a Alex... es como el primer trago de agua fría después de horas de ejercicio sofocante. Te duele la garganta, se te congela, pero aún así sabes que quieres más, que necesitas más.
Abro mi boca dejándole libre acceso y nuestros labios no pueden estar más unidos. Me besa primero lenta y suavemente. Pero a medida que seguimos el beso se vuelve más hambriento  y violento. Le sostengo por la camiseta atrayéndolo contra mi lo más que puedo, él se aprieta contra mi haciendo que nuestros cuerpos encajen perfectamente. Pone las dos manos en mis caderas y sube, por debajo de la camiseta, acaricia mi cintura. Sentir su piel contra mi piel me hace querer más. Estoy sintiéndome mareada. Es mejor de lo que había imaginado que seria besarle. Pensamos lo mismo y él me alza sosteniéndome desde las caderas al mismo tiempo que yo enrollo mis piernas en su cintura, simplemente estoy sujeta por su cuerpo contra la pared. Con sus manos acaricia mis piernas desnudas y con la otra explora mi cintura de nuevo. Yo paso los dedos por su pelo y bajo mis manos tocando suavemente sus abdominales por encima de la camiseta. Consigo levantarla ligeramente y poso mis manos en su estómago. El gime en mis labios y eso me arranca una sonrisa, él la nota y muerde suavemente mi labio.

  • No sabes cuanto he esperado para hacer esto.- susurra en mis labios. Espera, ¿va a parar ya? Me sonríe bajándome, desenrollo las piernas de su cintura y él acaricia mi cara. Pone un mechón de mi pelo detrás de la oreja y luego me besa de nuevo muy suavemente.- Elena.- dice cuando ve que tiro de nuevo de el hacia mi.- Quiero ir poco a poco.- dice.
  • ¿Desde cuándo vas poco a poco?.- le digo alzando una ceja y enrollando mis brazos alrededor de su cuello.
  • Desde que  eres con la que voy, desde que me he vuelto chico de citas, ofrezco cosas en exclusividad y tu tienes esa exclusividad.- dice él sonriéndome. No puedo evitar sonreir ampliamente. Acaba de arrancarme un pedacito de corazón con eso, cosa que no quería que pasara.- ¿Te has replanteado lo de ser amigos?.- dice él poniendo su frente contra la mía.- No es que tenga muchas amigas, pero creo que hemos redefinido el concepto de amistad.
  • Seguimos siendo amigos. Hay muchos grados de amistad. Todo se construye partiendo de la base de la amistad ¿no? Hasta el odio. Hay amigos de la infancia, hay amigos que se casan, hay amigos que se odian, hay amigos que van de excursión, hay amigos que se besan...así.- digo haciendo una mueca. Él alza las cejas sorprendido.
  • Espero que no tengas queja alguna con el beso.- dice él.- lo he estado alargando todo lo que he podido. Espero que no me haya sacrificado todo este tiempo para nada.
  • No me acuerdo ya.- susurro, el sonríe y me besa de nuevo. Mueve sus labios suavemente contra los mios. Aspiro su aroma cerrando los ojos y dejándome llevar. Este beso es dulce, es muy dulce. Me separo de él.
  • Creo que.- digo sin aliento.- es uno de los mejores besos de mi vida.
  • ¿Tienes muchos para comparar?.- dice él divertido.
  • No más que tú.- replico y se pone serio.
  • No hay comparación.- susurra en mis labios.- Tu eres simplemente perfecta. Haya habido las que haya habido todo se siente distinto contigo.- sonrio en sus labios que rozan los mios y los beso.

Inclina la cabeza y la hunde en mi cuello, lo llena de suaves besos y yo cierro los ojos perdiendome en su aroma. ¿Qué estoy haciendo?

  • Estás tan jodidamente guapa cuando pones esa cara.- dice él, abro los ojos y veo que me sonrie, me ruborizo.

Cojo su mano y le llevo hasta la cama. El me frena un poco, le miro, veo que por dentro se debate entre el deseo, entre lo que quiere y lo que quiere con más ganas. El quiere ir poco a poco, como es algo nuevo para él se lo voy a respetar, pero eso no quita el hecho de que yo no quiera ir poco a poco. Veo su dilema interno, mira la cama como si fuera una sala de torturas.

  • Me portaré bien.- le prometo acercándome a él, sus ojos se encuentran con los mios y sonrie de repente después de estudiarlos.
  • No solo eres tú la que me preocupas.- dice.
Tira de mi hacia la cama, pero no nos tumbamos, él se sienta apoyado con la espalda en la pared y yo apoyo mi espalda en su pecho. Huele mi pelo y besa mi cuello de vez en cuando. Tenemos las manos entrelazadas, aún no me lo creo. Aún no sé qué está pasando. Creo que estoy en una especie de sueño y que él se va a marchar. Ya me ha dejado claro que soy diferente y que jamás había estado con nadie, pero ¿esto cuenta como estar con alguien? Estoy confundida, pero ahora solo quiero disfrutar el momento.
  • No me llevo bien con mis padres.- dice él en mi cuello, abro los ojos poco a poco.- Mi madre nos abandonó cuando tenía ocho años.- dice y yo me giro sentándome enfrente de él con las piernas cruzadas, quiero mirarle. No parece triste.- Mi padre era un borracho imbécil que se dedicaba a hacernos la vida imposible.- cojo su mano y él las mira, suspira y me sonrie.- Me fui de casa a los dieciseis años, me llevé a mis hermanos.- dice.- Fuimos a casa de mi tía que vivía lejos de donde vivíamos antes, están con ella ahora.
  • ¿Les vas a ver a menudo?.- pido.
  • Si.- dice.- viven aquí al lado. Andando un poco desde aquí.- Vivo en esa casa tan enorme gracias a Óscar. Si no fuese por él seguiría viviendo en casa de mi tía. No es que me sobre el dinero. 
  • ¿La casa es de Óscar?.- pido. 
  • Es de sus padres, pero la comparte y cobra alquiler, excepto a mi porque sabe que no puedo.- dice.- Ya ves: vivo de caridad. La única cosa que es mía es la moto. 
  • ¿Cómo la conseguiste?- pido. 
  • Larga historia. No quiero contártela ahora. Estoy de buen humor.
Solo veo tristeza en sus ojos, intenta ocultarla, pero está alli. Me inclino sobre mi misma hasta que llego a sus labios, haciéndole saber que estoy allí si me necesita, promesas que no puedo decir en voz alta están implícitas en ese beso. Él sigue sentado y yo apoyada sobre su estómago, gime y se desliza hacia abajo tumbándose conmigo encima, sigo besándole. Siento que no me voy a cansar de esto nunca. Mi corazón se acelera con cada beso, cada caricia. Nos besamos suavemente, sin prisas, dulcemente.
Nos besamos durante largos minutos hasta que finalmente apoyo mi cabeza en su pecho, sigo encima de él. Me incorporo para mirarle.
  • ¿Te molesta?.- pido con el ceño fruncido, el sonríe ampliamente y me  atrae de nuevo contra él.
  • Para nada.- suspira él.
  • Estoy siendo buena.- digo con mi voz amortiguada por su cuello. Él se sacude de debajo de mi en una risa.
  • Demasiado buena.- y no puedo evitar pensar en el doble sentido de las palabras.



1 comentario:

  1. ¡GEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!
    Al fin, al fin, al fin el ansiado beso :,3 Dios, es genial^^
    ¿Amigos? Pls, Elena, no sois amigos. ME ENCANTA MUCHO ALEX. Demasiado. Cómo se comporta con Elena, lo que ha tenido que pasar, es amodorable (? JAJAJA
    Quiero...no, necesito el siguiente.
    Un besi, Ge.
    Annie E.<3

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