- ¿Por qué ya nunca usas tu moto?.- pido a Alex. Mientras arranca.
- Eh...- dice él.- Es más cómodo el coche.- musita sin mirarme.
- ¿Me vas a decir ya adónde vamos?- pido cuando ya me tiene atada en el coche. Ya no puedo escapar. Vale, solo llevo el cinturón de seguridad. Pero a cien kilometros por hora y por carretera no voy a saltar.
- A conocer a mi familia.-
- Ah.- digo y me mira.
- Si no quieres ir...- empieza.
- No, no es eso. Es que como no estamos... en un buen momento.
- Ya lo sé. No soy idiota, sé que las cosas están hechas una mierda, pero quiero que les conozcas, como amiga. Quiero que te conozcan.
- Como amigos.- intento asegurarme.
- Es lo que hemos sido siempre al fin y al cabo ¿no? La amistad es la base de todo.- dice él al igual que le había dicho yo hará un mes.
- Sí.- digo.
- Si no quieres ir, doy media vuelta.- dice él. No puedo decirle que no quiero. No después de todo. No puedo ser tan cruel.
- Da igual. Me gustará conocerles.- aseguro.
- ¿Segura?
- Sí.- Genial. No tenía ya suficientes problemas para que ahora encima se me añada el conocer a la familia traumatizada de mi ex loquesea-estodomuycomplicado traumatizado.
Aparcamos
en una calle cerca de mi estudio de danza, reconozco las casas viejas y a la vez bonitas. Veo que Alex está
entre nervioso y emocionado a mi lado. Llevo unos vaqueros largos ajustados y un jersey blanco. Él como siempre, está precioso. Nos
paramos enfrente de una planta baja con las paredes descorchadas.
Alex aprieta el timbre una vez y alza mi barbilla.
- Estás preciosa.- dice él sonriéndome.
- Hmm.- solo puedo decir, mi corazón ahora late fuertemente por su toque. ¿Amigos habíamos dicho? ¿Eso lo hacen los amigos? Necesito tener más amigos.
Una mujer que aparenta más de la edad que
tiene nos abre. Tiene el pelo canoso recogido en un moño. Un
delantal azul cubre sus vaqueros y camisa. Se está secando las
manos en un trapo. Una sonrisa cubre su rostro al ver a Alex, un
hoyuelo sale también, y en sus ojos salen pequeñas
arrugas.
- Tía Agueda.- saluda Alex con una sonrisa.
- Alex.- dice ella sorprendida, me mira a mi con mirada confusa.
- Ella es Elena.- me presenta Alex, la mirada de la tia viaja hasta mi. La tia Agueda sonrie de inmediato.
- Oh cielo.- dice abrazándome de repente.- No sabía que Alex tenia novia.- dice ella sonriéndome.- Ya iba siendo hora.
- Ella no es...- empieza Alex mientras la anciana corre a toda prisa murmurando algo de un horno y galletas.
- Déjalo.- le digo a Alex.
- ¿Segura?
- No creo que hayas traído a otra chica aquí.- digo y él niega.- Sería demasiado complicado de explicar. Está bien.- digo, pues no lo entiendo ni yo.
- Gracias.- susurra él.
- Pasad.- nos urge la tía apareciendo otra vez.
Alex coge mi mano, creo que yo misma le he dado permiso para que haga eso. Bien Elena, punto para tí. Me guía hasta un pequeño salón donde hay dos sofás viejos y
una butaca. Nos sentamos juntos y él juega con mi mano
distraídamente.
- Federico, Miguel.- grita ella desde las escaleras.- Alex está aquí.
Se
oye jaleo por arriba y la tia Águeda se sienta enfrente nuestro.
- No te esperábamos, como llamaste el otro día...- explica la tia Agueda.
- Ha sido idea de Elena.- miente él.
- Me alegro de que le hayas hecho venir.- dice la tía Águeda sonriéndome.- Nos dijo que no se encontraba muy bien y que le seria imposible poder venir esta semana. Ahora ya veo por qué no podía venir.- dice lanzándole una mirada a Alex. Eso hace que se me retuerza el corazón.
- Alex me ha hablado mucho de usted y de sus hermanos.- digo mienttas Alex me aprieta la mano para ponerme más nerviosa.
- Oh por favor, llámame Tía Águeda, o Águeda. Como prefieras. Que me llames de usted me hace sentir mayor.- rie ella.- ¿Queréis comer algo?
- No gracias.- digo yo.
- Traeré el pastel que hice ayer tarde. A Fede no le gusta y a Miguel se lo he tenido que esconder porque no paraba de comerlo.- dice ignorándome.
- ¿Cómo está Fede?.- pide Alex. La tía Agueda se para y veo cierto dolor en su mirada.
- Como siempre.- dice ella entones se va.
Alex
suspira y yo le miro, como hacia antes. Y él me mira, como lo hacía antes también.
- No lleva muy bien las cosas.- me explica él.
- Lo entiendo.- digo no queriendo que me de explicaciones, justo cuando un niño delgado y con el pelo que necesita un corte se acerca a nosotros. Sonrie y sus sonrisa se paraliza un poco cuando me ve.
- Miguel.- sonríe Alex ampliamente levántandose. Miguel le abraza mientras me mira extrañado. Tiene los mismos increíbles ojos de Alex y el pelo más claro.
- Te he echado de menos.- dice susurrando y sin mirarme, como si le diera vergüenza.
- Y yo a ti.- dice Alex.- Mira, es ella.- le dice Alex cogiéndome la mano de nuevo. Supongo que "ella" soy yo. Y supongo también que le ha hablado de mi. Le ha hablado de mi tanto que no hace falta ni decirle mi nombre. El corazón se me retuerce por segunda vez, y esta vez duele más.
- ¿Elena?.- le pide Miguel de repente sonriendo a Alex.
- La misma.- digo yo sonriéndole, y entonces Miguel me abraza fuertemente.
- Pensaba que nunca te conocería.- dice Miguel feliz de repente.- Alex me contó que había encontrado a su Margaret por fin.- dice él. Miro a Alex sin entender y él me sonríe en respuesta. Veo disculpas en su mirada, sé que está preocupado por lo que pueda pensar y sentirme incómoda. Eso me duele, dañarle, me duele.
Miguel
se sienta en el sofá y tira de mi para que me siente.
- ¿Cómo está tu amiga enferma?.- pide él. Alex me mira y se sienta a mi lado cogiéndome la mano de nuevo. Lo cierto es que ahora me siento rara si no están entre las suyas.
- Bueno. Sigue enferma.- digo.
- Se va a curar. Lo he soñado.- asegura él.
- Miguel es una especie de medium.- me explica Alex.
- No soy medium, es solo que a veces sueño cosas que luego pasan.
- ¿Ah si?.- pido.
- Si.- dice.- Soñé que Corina se curaba, no sé cómo es ella.- me explica.- Pero soñé que Alex estaba contento porque Margaret estaba contenta.- dice él vivazmente.- Es decir tú.- Miro a Alex y no puedo evitar sonreir ligeramente. La culpa me reconcome. ¿Lo había hecho adrede para hacerme sufrir? No, no era su estilo.- pienso.
- Vaya.- digo impresionada.- Pues ojalá se cumpla. No deseo nada más que eso.
- Deberías dejar las visiones y estudiar más.- riñe Alex. Miguel pone los ojos en blanco.
- Él no cree lo de las visiones, a pesar de que se han cumplido la mayoría.- se queja el moreno.
- Basta Miguel.- dice Alex.- No creas nada de lo que dice, son chiquilladas. - susurra y Miguel le dedica una mirada de odio.
- No.- digo yo.- Está bien.- aseguro.
- Tampoco cree en Maria.
- Miguel- le advierte Alex.
- ¿Qué Maria?.- pido.
- Deja de darle cuerda Elena.- me riñe Alex ahora a mi.
- Ella me cree, no como tu o Fede.- dice Miguel.- Maria es la chica que vivía en esta casa antes, es guapa, como tú. Creo que tenéis la misma edad.- dice él pensativo.
- Ya basta.- corta Alex.
- Déjale Alex.- digo sin mirarle. Eso me interesa. No es que crea en estas cosas, pero me gusta la seguridad del niño. La fuerte creencia de que lo que dice es verdad. Sé que les gusta sentirse escuchados.
- Sé que la gente piensa que es una amiga imaginaria. Pero aparece cuando quiere, es muy simpática. Al principio tenia miedo cuando supo que la veía empezó a intentar hablarme. Tenía pesadillas porque creía que me haría daño, pero es buena.- asegura él.- Su marido la mató cuando discutían y...
- Basta Miguel.- riñe la tía Agueda con una bandeja en la mano.- Vas a asustar a Elena.- Miguel me mira para comprobar si estoy asustada. Vale, quizás tengo la piel de gallina. Pero algo en mi le cree. Miguel se cruza de brazos. Eso debe ser continuo allí.
- Hola.- saluda una voz más grave que la de Miguel, Alex alza la vista en seguida. Un chico alto y con el pelo castaño y ojos marrones está plantado en la entrada. Tiene ojeras debajo de los ojos.
- Por el amor de Dios Fede.- dice Agueda.- Cámbiate. ¿A qué hora volviste ayer?.- le riñe. Alex está tenso a mi lado, Fede le mira desde la distancia desafiante y luego me mira a mi.
- ¿Quién es?.- pide calmádamente sentándose en la butaca de enfrente e ignorando a su tía.
- Ella es Elena.- me presenta Alex.
- Hola.- le sonrío, él se limita a mirarme y me siento estúpida.
- Está buena.- dice él sin más cogiendo un sanwich de los que ha hecho la tia Agueda.
- ¡Federico!- dice escandalizada la tía Agueda.- Eso no son formas.- Miguel me observa, Alex mira fijamente a Fede.
- ¿Te importa quedarte aquí un segundo?.- me pide Alex en mi oidomientras la tia Agueda riñe a Fede. Reprimo las ganas de estamparle mis labios en los suyos. Más que nada porque qudaría un poco grosero por mi parte hacerlo delante de su familia. .
- No.- digo.- Claro que no.- sonrío mirando sus labios.
- Ahora vuelvo.- susurra.- Fede.- le llama Alex levantándose.- a la cocina.- ordena yéndose. Por un momento creo que Fede va a pasar de él, pero se levanta y le sigue. La tia Agueda suspira.
- Este niño va a acabar mal.- dice negando.
- Solo lo hace para llamar la atención.- dice Miguel enfadado.- es mas crío que yo...- le sonrío ampliamente.
- Ahora vuelvo.- dice la tia Agueda yéndose también. Hay un breve silencio.
- Yo te creo.- le digo sinceramente a Miguel.
- ¿Lo haces?.- dice abriendo los ojos como platos.- nadie me cree.
- Yo no creo en fantasmas, no creo en videntes. Pero no sé porqué te creo. Tienes la misma cualidad que Alex.- digo suspirando.
- Me alegro de parecerme a Alex. Parecerme a Fede o a cualquier otra persona de mi familia es deprimente.- se queja él.
- ¿Qué cosas has soñado que se han cumplido?- pido. Él mira alrededor.
- Soñé que se iba a morir mi perro.- susurra él. Veo lástima en sus ojos- Cuando lo dije nadie me creyó. Lo iban a atropellar un martes, si tan solo Fede me hubiera creído y no lo hubiera sacado a pasear ese día...
- No es culpa suya.- digo.- A mi tampoco me creían en muchas cosas que decía cuando era pequeña. La gente no te creerá, pero mientras lo creas tu es suficiente.
- Elena, yo no estoy loco ¿verdad? Quiero decir, yo nunca he creído en fantasmas. Y no estoy loco para imaginármelo. Sé que la veo de verdad, veo a Maria, te lo juro. Ella canta para mi, o se queda conmigo las noches de tormenta. Me ha contado toda su historia, y he pensado que quizás podía habérmela inventado yo. Pero yo no sabía lo que era un homicidio, ni un machista, ella me lo explicó.- trago saliva.- Así que no me puedo inventar algo que en realidad no sé que es.- dice él razonadamente.- ¿Verdad?
- Lo has pensado mucho.- rio.
- Solo porque Fede me llama chiflado siempre.- dice él mirándose las manos.
- Yo no creo que estés loco. Simplemente... ves cosas que otra gente no ve.- digo. Él suspira aliviado.
- Si, eso creo yo.
- No deberías seguirle el juego.- dice la tía Agueda sentándose de nuevo en el salón. Esa mujer es muy silenciosa. Miguel me mira exasperado.- No es bueno para él.
- Solo hablábamos.- digo intentando relajar la situación.
- Miguel es un niño muy inteligente, si emplease las fuerzas que emplea en intentar convencernos sobre la existencia de Maria, en estudiar, todo le iría mucho mejor.
- ¿Es que no estudias?.- pido yo a Miguel enfadada.
- Si que estudio. Este año he empezado primero de E.S.O y me van mal las matemáticas. Pero es algo normal, es un curso muy difícil.- se excusa él.
- Y si estudiaras más no te iría mal.- dice ella.
- Nadie me quiere ayudar. Fede podría hacerlo.
- Fede ya tiene suficiente con lo suyo.
- Yo puedo ayudarte.- me ofrezco.- No vivo lejos de aquí, y bueno. No se me dan mal las matemáticas.- Miguel me sonríe.
- ¿Harías eso?- Dice Miguel.
- Pues claro que si. Sé lo que es que te cueste una asignatura. Es muy frustrante.- digo.
- Gracias Elena, pero no podemos pagarlo.- dice sonriéndome la tia Agueda.
- Oh no, no quiero dinero.- digo negando.- solo por ayudar.-Su mirada se dulcifica y me sonríe.
- Si hicieras eso... serías como una especie de ángel de la guarda.- bromea la tia Agueda.
- ¿Verdad? Como uno de los que están en la iglesia de los domingos.- rie Miguel y la tia Agueda asiente sonriendo encantada.
- ¿Vas a la universidad también?.- me pide ella.
- Si. Estudio logopedia en la universidad de aquí al lado.- digo.
- Supongo que así conociste a Alex.
- Si...- digo.- Algo así. Es mi primer año.- explico.
- ¿Te gusta la carrera?
- Me encanta.- digo sonriendo. Ella asiente complacida.
- Entonces eso es lo que importa.- la tia Agueda vacila y de repente la sonrisa desaparece se inclina en el sillón para acercarse a mi.- Elena....- susurra ella, Miguel frunce el ceño atento.- ¿Cómo está Alex?- pide.- Me refiero, ¿va todo bien? No sé desde cuándo salís, pero supongo que por como te mira y os sonreís os conocéis bastante. Nunca se abre lo suficiente conmigo y nunca sé si está bien del todo.- dice ella preocupada.- Sé que lo de Fede le preocupa.
- Si.- digo comprensívamente.- Pero no te preocupes, Alex está bien. Quizás no es la mejor época de su vida, pero está todo bien si es eso lo que te preocupa.- ella suspira aliviada y me sonríe.
- Gracias... supongo que eso es un gran alivio.- mira la hora.- Tengo que ir a sacar la lasaña del horno y estos no acaban.- se queja.- ¿Os quedáis a comer?.- pide.
- Si quedaos.- insiste contento Miguel. Los dos esperan una respuesta.
- Claro, me encantaría, si a Alex le parece bien.- sonrío.
- Perfecto. Pues...- empieza la tia Agueda, pero mira al frente. Al girarme veo a Alex. Cruza su mirada con la mía y me levanto. No está contento.
- ¿Qué pasa?.- le digo.
- Nada.- me tranquiliza, su mirada se calma y viene a mi lado.- Tenemos que irnos.- dice en voz baja.
- ¿Qué? No.- se queja Miguel.- Elena ha dicho que os quedáis a comer.
- Ya lo he oído.- dice él.- Otro día Mig.- promete él suavemente, la tia Agueda le mira fijamente.
- ¿Qué ha pasado?.- susurra.
- Lo de siempre.- casi gruñe Alex.- Ahora solo quiero irme con Elena. Otro día vendremos a comer.- promete.- Pero ahora no.
- Está bien.- dice la tia Agueda suspirando. Alex coge mi mano y se la aprieto con fuerza. Miguel se ha cruzado de brazos y evita mirarnos. Me agacho frente a él.
- Oye .- digo.- Recuerda que ahora tienes que esforzarte en las matemáticas, sino no te daré clase.- advierto en voz baja. Él me mira.
- Me voy a esforzar.- promete.
- Está bien. Le pediré a Alex tu teléfono y te llamaré.- prometo yo también.
- Vale.- dice él.- Gracias Elena.- dice abrazándome. Tengo que evitar las lágrimas. Él me recuerda demasiado a alguien.
La
tia Agueda nos acompaña a la puerta y me da un abrazo. Luego a
Alex y le susurra algo, Alex asiente y sonríe. Luego coge mi mano y
me despido con la mano de Miguel y la tia Agueda mientras Alex me
arrastra hacia el coche. Sigue sosteniendo mi mano a pesar de que ya no nos ven.
Cuando
cierra su puerta suspira y cierra los ojos, luego me mira y yo le
sonrío.
- ¿Por qué sonries?.- pide él mirándome fijamente.- Acabas de salir de una casa de locos.
- ¿Pero qué dices?.- replico.- Son geniales. Miguel... se parece tanto a ti. Me recuerda a mi hermano en muchas cosas.- digo bajando la voz.
- ¿Geniales? Uno ve fantasmas, la otra no puede parar de cocinar y el otro es tan idiota que tengo ganas de matarle.- dice él arrancando el coche.
- Apropósito. ¿Qué pasa con Fede?- pido.- No hace falta que me lo cuentes, si no quieres.- añado.
- Desde hace un par de meses se junta con gente indeseada.- dice él girando el coche ignorando-. Cuando nos fuimos de casa estaba raro, no se abría a nadie, estaba enfadado con el mundo. Pero al menos se portaba bien. Ahora no se le puede controlar, va con mala gente... creo que se droga.- dice él inspirando con fuerza.- es lo que he intentado averiguar ahora, pero como siempre me grita y me echa la culpa de todo y se va.- dice él.
- Es una mala etapa.- digo yo.- El tiene que ver que estás allí para él. Para lo que necesite.
- Siempre lo estoy.
- A lo mejor no lo suficiente.- digo.- He conocido a Miguel, es un niño increíble y muy sensible. Te tiene idolatrado, y creo que le gustaría que le hicieras más caso.
- Con más caso ¿te refieres a seguirle el rollo de Maria o las visiones?.- pide él sonriendo sarcásticamente.
- No. Pero si a hablar con él.- digo mirando por la ventana preguntándome qué derecho tengo de decirle cómo comportarse con su familia.- ¿Adónde vamos?.- pido.
- A tu casa. ¿Y qué era eso de las clases?.- pide él.
- Ah si, quería pedírtelo. Miguel y tu tía me han dicho que no va bien en matemáticas y me he ofrecido a ayudarle. Si a ti te parece bien claro, podría hacerlo.- digo. Él me mira.- Siento haber dicho que si sin consultártelo pero no estabas y... si no quieres lo entenderé perfectamente.
- ¿Harías eso? ¿Le ayudarías?
- Ya sabes que me gusta ayudar a los demás. Y ¿quién mejor que tu hermano? Primero debemos salvarnos nosotros.- el sonríe mirando al frente.
- Si que me parece bien, pero siempre que no te sientas obligada a hacerlo. Y siempre que me prometas que lo dejarás si ves que no puedes llevarlo. No quiero que luego no duermas por mi culpa, entre lo de Corina y todo lo demás.
- Te lo prometo. Me servirá para desconectar un poco.- aseguro.
Hola amores, sé que dije que no tardaría tanto para el capítulo, pero os juro que han sido unas semanas de locos. Ha habido algunos problemas que no voy a contar por aquí pero que me han quitado tiempo e inspiración. Os juro que me sabe fatal tardar tanto porque siento que os fallo y sé lo que es tener que esperar (soy lectora). Tengo el siguiente medio empezado, por lo que (no voy a afirmar por si acaso) voy a intentar tenerlo pronto.
En fin, muchas gracias por la paciencia, y perdonadme.
Os quiere, Rise.
AHHHHH! la espera ha merecido la pena, pero la próxima por fiss no nos hagas esperar tanto :D
ResponderEliminarNooo, voy a intentar estar más al día. Gracias Gaby! Un beso <3
EliminarHola Cariño!
ResponderEliminarSe lo que sientes, es difícil tener un blog, pero no te preocupes aquí te esperamos. Por cierto hermoso capitulo, pero quiero que Elena y Alex vuelvan, eran tan monos! Un beso,
Saludos!
Hola amore.
EliminarTú me entiendes ¿verdad? Muchas gracias por todo. Ya veremos qué pasa jajajaja
Un besooo <3
Hola Gee
ResponderEliminarPrimero: Te odio mucho porque escribes tan bien que ah y yo quiero un Alex así que sácale fuera del libro o me metes a mí o ñjsdñfjañsjdf. Eso es lo primero que pienso del capi, ña.
Me da a mi que lo de Fede y Miguel va a traer bastante...tema para la historia. Like it^^Y tienes que hacer que Elena y Alex vuelvan. A la de ya, ehé.
Segundo: No nos fallas en absoluto. Has subido el capítulo. Perfecto además. Así que, aunque tardes, no defraudas.
A ver si hablamos prontito<3
Te amodoroooo, Annie
Hola Geee.
EliminarMuchas gracias Ge (y me lo dices tú...) jajajajaj venga, ¡te meto! No sé cómo seguir mucho con algunas cosas pero ya se verá.
Gracias Ge, te amodoro mucho<3
epdlepgrotgritiotritioioerfeopr *_* no puedo esperar para el siguienteeee!!!! que maal quiero que vuelvan pobre Alex el hace todo lo que puede por estar con ella TIENEN QUE VOLVEEEEEEEEEEEER!!!
ResponderEliminar-A.
asfgaskfjn ggraciaaaaaaaaaas. Muchas gracias -A, mi A del blog jajajajajaja
EliminarBesitoos <3
Tengo que decir qe me encanta pero... Es totalmente como "Beautifull Disaster". Me he dado cuenta nada más empezar a leerlo. Me parecía curioso a ver como lo desarrollabas pero sinceramente me ha decepcionado el parecido con "Maravilloso desastre"
ResponderEliminarHola Kathia. A ver, es cierto que BD es uno de mis libros favoritos, por no decir EL favorito. Es la primera vez que escribo y probablemente tenga algunos rasgos similares. A decir verdad creo que lo de la cama y el sofá es lo único (a mi parecer) que se parece a BD. A veces he tenido algún miedo de que se pareciese a esa novela, pero ni la historia de Elena, ni la de Alex, ni lo de Corina, ni la relación ni tampoco creo que físicamente se parezcan los personajes. Tampoco en escenas ni en desarrollo. No te voy a negar que creo que tienes razón en algo (aunque no creo que en todo sea idéntico) si que hay muchas veces que he tenido miedo de que se parezca (aunque te puedo asegurar que no me suelo basar en esa novela cuando imagino en clases o lo que sea). Supongo que así es como empezamos la mayoría: intentando llegar a lo que nosotros llamamos perfección, y para mi ha sido BD. En fin, agradezco tu comentario, pues no todo tienen que ser "perfectos ni increíbles" pero me gustaría que tuvieses en cuenta que es mi primer escrito y que volvieses a comparar posturas porque te puede recordar a ella, ya que juro que he intentado hacerla diferente (y lo de la cama he estado a punto de quitarlo unas mil veces porque es lo que si que es totalmente igual)
EliminarGracias, Rise.
Te voy a ser sincera, tienes toda la razón del mundo. Sí, hay algunas cosas que se parecen pero el talento para escribir no te lo quita nadie. Amé cada segundo que estuve leyendo BD y me daba un poco de rabia pero tienes una mente prodigiosa para estas cosas. No tengo derecho a criticar porque yo también tengo un blog y se puede decir que mi novela se basa en lo que yo llamó "Perfección" y es verdad, lo que yo llamó Perfección se parece a uno de mis libros Fav. Siento mucho sí mi la crítica te ha molestado no era mi intención, la verdad es que me alegra conocer a alguien que le guste leer tantísimo como a mí .
EliminarAtt : Kathia
No, no de verdad que no me ha molestado. Claro que una crítica siempre duele pero desde el respeto y el conocimiento la recibo a gusto. Gracias por la critica pues es constructiva y no destructiva. Tomaré tu crítica como consejo y miraré mejor a la hora de escribir la manera de que sea algo único quitando todas las influencias de otros libros. Me pasaré por tu blog a echar un vistazo. Un beso, Rise
Eliminar