Capítulo 27

Él se queda callado durante un rato y luego me besa dulce y brevemente. Se aparta con una sonrisa en lo labios y me coge de la mano llevándome a la cama.

• ¿Te quedarás conmigo esta noche? No sabes las veces que he querido tenerte sobre mi cama.- susurra en mi oido. Sonrío y asiento. 
• Claro.- aseguro.  Él pierde el equilibrio por un momento, pero se recompone fácilmente.
• Lo siento. No me gusta que me veas así- dice cerrando los ojos. Debe tener un dolor de cabeza horrible. 
• No lo sientas.- susurro quitándole la camisa que lleva. Botón a botón. Él traga saliva mirándome, al menos su mirada ya no está perdida como antes pero puedo ver lo muy borracho que está.- ¿puedes quitarte los pantalones?- pregunto mientras me deshago de mi abrigo. 
• Claro.- dice él cayéndose hacia atrás en la cama. Río entre dientes y le ayudo, mi estómago hormiguea tontamente hasta que consigo que se meta en calzoncillos en la cama. Yo me deshago de mi ropa también y me meto tras él. Sus brazos me acogen, está muy caliente a causa del alcohol y lo agradezco puesto que hace un frío de muerte.

Cierra los ojos suspirando tranquilo y yo beso suavemente sus labios. Sus manos se cierran sobre mi cintura, y puesto que estoy en ropa interior las sensaciones se multiplican. Me estremezco y doy un beso en la base de su garganta. El inspira con fuerza.

• No dejes que mañana me olvide de nada por favor. Quiero recordar esta noche, aunque la mitad de las cosas me gustaría olvidarlas. 
• Mañana lo recordaremos.
• Me gusta oirte decir eso. Un mañana acompañado de un nosotros.
• Suena bien.- digo ahora sin sonreir, pues ni siquiera he conseguido mi propósito, que era contarle todo mi pasado acompañado de una disculpa. Sin duda no había salido como yo esperaba, pero al menos estábamos juntos, y era lo que importaba. ¿No?
• Buenas noches Elena.- dice él inspirando y abrazándome más fuerte.
• Buenas noches Alex.- susurro cerrando los ojos. 

La luz del sol que se cuela entre la cortina entornada me despierta y cierro los ojos instintivamente. Me cuesta ubicarme una fracción de segundo. Los brazos desnudos y musculados de Alex están cerrados alrededor de mi cintura. Le siento detrás de mi y una sonrisa se dibuja en mi cara al instante. Me giro con cuidado para no despertarle y le observo. Sus ojos están cerrados y su ceño fruncido, su boca está entreabierta. Respira profundamente, y me recuerda a un niño pequeño, si no fuese por la suave barba oscura e incipiente de su cara hubiese pensado que era más joven. Tiene el pecho desnudo y la sábana a penas le cubre haciendo que el sol le pegue allí donde su barriga está marcada por las finas lineas de los abdominales.
Le observo dormir, creía saber qué era la belleza hasta que le veo dormir. Es perfecto, completamente perfecto.

Se me hace un nudo en la boca del estómago cuando me doy cuenta de que cuando despierte debo contarle todo mi pasado, y así terminar con todo el dolor. Pero hacerlo me dolía.
Tengo sentimientos encontrados al respecto de lo que siento. Por un lado estoy feliz de estar por fin así con Alex. Por otro lado, la noche anterior lo pasé muy mal, tuve miedo de perderle, tuve miedo de decirle que le quería de esa manera, me dolieron sus palabras. Aún no sabe nada de mi pasado, quería ver cómo reaccionaba antes de decirle lo que significaba para mi, pero el giro de acontecimientos hizo que no pudiera contarle nada. Sé que se va a despertar con un gran dolor de cabeza, estará contento por verme allí con él también. Tengo que coger aire y ver el momento oportuno. No voy a forzar las cosas, simplemente voy a disfrutar del momento.

Me quedo observándole tanto tiempo que no me doy cuenta que ahora el rayo de sol que me ha despertado a mi avanza hasta darle en su cara. Él frunce el ceño cerrando con fuerza los ojos y se remueve, sonrío mientras me incorporo un poco para tapar la luz. Sus ojos se abren enfocándose en mi, parece aturdido al principio, temo que no recuerde nada de la noche anterior, pero entonces me sonríe ampliamente y tira de mi hacia abajo uniendo nuestros labios. Me da un breve beso y luego acaricia mi cara suavemente mientras sonrie con los ojos.

• Pensé que lo había soñado.- me sonríe.
• No tienes tanta imaginación.- susurro pasando los dedos por su pelo oscuro. 

Alex se cubre con la palma de la mano la frente y maldice en silencio. 

• Duele ¿eh?- me burlo sonriendo. 
• Mucho. 
• Solo necesitas un ibuprofeno y zumo de naranja.- Él frunce la nariz y sonríe extrañado pero no dice nada.- ¡Oh! ¡Siempre llevo en el bolso!

Me levanto y revuelvo el bolso en busca de la pastilla y afortunadamente tengo una botella de agua que compré en el hospital. 

• Es lo que tiene pillarse un pedo a base de champagne mi amor.- suspiro mientras se incorpora y se toma la pastilla. 
• Gracias nena.- los dos sonreimos. Olvido que estoy en ropa interior, y aunque eso no es algo nuevo entre nosotros, me sonrojo al ver cómo me mira. 
• No recuerdo mucho...- tartamudea ligeramente.- Estaba en el bar bebiendo y... lo último que recuerdo es a ti entrando desnuda en mi cama.- dice tragando saliva y algo brilla en sus ojos. Sonrío.
• Bueno, ese recuerdo está algo distorsionado.- digo señalándome la ropa interior.
• Debió ser un sueño.- sonríe. No he pasado por alto que no recuerda lo que le dije, eso dispara mis alarmas. Su sonrisa se borra de su cara y acaricia mi cara cuando ve que me preocupo.-
• No me acuerdo de casi nada.- repite él frunciendo el ceño intentando recordar. 
• De lo que te acuerdes es lo que importa.- me encojo de hombros. 
• Pero si que me acuerdo de una cosa en especial.- dice él mirando el vaso.
• ¿Sí?- yo desgraciadamente lo recordaba todo. 
• Dijiste que me querias. 
• Lo hice.- él me mira entonces.
• ¿Y es verdad?
• Sí.- digo después de una breve pausa, en su cara aparece una sonrisa justo antes de que su mirada se apague.
• ¿Qué hice ayer noche?-pide.

• Nada.
• ¿Entonces por qué tus ojos están tristes?- toca suavemente mi cara. Me quedo callada.- Elena, por favor, dímelo.- parece que va recordando poco a poco. Mi sonrisa se borra de golpe.- Dime que no lo hice.- no puedo hablar porque sé que si hablo romperé a llorar. Él interpreta mi silencio como una afirmación y se levanta de la cama bruscamente, aún en calzoncillos, se frota la cabeza con violencia andando de un lado a otro. Me levanto de la cama también y él se acerca a mi desesperado.- Por favor, perdóname, lo siento. No... no quería hacerlo, quería pero para olvidarme de ti. Lo siento.- repite. La voz me sale por fin, después de que lágrimas corran por mis mejillas.
• No lo hiciste.- digo débilmente, hubiese preferido que no se hubiera acordado. Una pizca de alivio cruza su cara.- No dejé que lo hicieras.- susurro.
• ¿No me acosté con ella?- repite para asegurarse, pero antes de que responda el horror pasa por su cara. Un horror peor al de antes.-¿Nosotros...- empieza.
• No.- musito y él suspira de alivio.
• Dios santo.- sonríe.- menos mal. 
• No sabía que sería tan horrible.- digo haciendo una mueca.- No te has alegrado tanto cuando te he dicho que no te habías acostado con la rubia.- digo apartándome de él. 
• No.- dice él sonriendo.- No, nena, no es eso. - tira de mi quedándonos sentados en la cama. Me alegro porque no quería que pasase así, no me lo hubiese perdonado nunca, no acordarme de lo nuestro...- dice acercándome de nuevo a él.- Quiero recordarlo todo.- susurra besando mi cuello. Ya es la segunda vez que me llama nena, y mis piernas han temblado por segunda vez. Nunca he sido fan de los diminutivos cursis y pastelosos como "bebé" "cari"o incluso "nena", pero él no lo hacía sonar cursi, sucio o infantil. Él no hacia sonar nada mal.
• Te has salvado.- le advierto cuando se acerca a mi para besarme. Él me seca las lágrimas que aún corren por mis mejillas y sonrie de esa manera que le hace ganador en todo. Entonces junta sus labios con los mios. Caemos sobre el colchón mientras nos besamos.
• ¿Qué quiere decir que no dejaste que lo hiciera?- dice separándose cuando yo aún estoy con los ojos cerrados, los abro irritada. 
• Déjalo Alex, prefiero no hablar de esa noche.- digo intentando besarle, se aparta ligeramente y me mira fijamente a los ojos. Suspiro.- ¿Qué quieres saber? Alex, déjalo, simplemente olvidémoslo.
• Está bien.- dice resignado viendo que me duele.- ¿Fui muy capullo?
• Bastante.- afirmo.
• ¿Y me has perdonado?
• No tenías la culpa de nada, así que sí. Prefiero no pensarlo, solo pienso en el ahora.
• ¿Y el ahora es que estamos bien?
• Estamos bien.- afirmo.
• Por fin.- dice levantando un puño haciendo una actuación muy teatrera. Río rodeándole con mis brazos y besando su garganta.- Por cierto,- carraspea él- creo que ahora mismo no necesito estar contigo en una cama así, creo que no es ni legal. 
• Eres idiota.- afirmo sin separarme de él.- ¿Aún te duele la cabeza?- pido, mi voz ahogada por su pecho. 
• Bastante.- dice rodeándome con sus brazos y apoyando su barbilla en mi cabeza.- Pero ahora estoy muy bien. 

Holaaaa, no me matéis por favor, sé que es corto. O cortísimo. Pero prefiero poneros esto ahora (ya que llevo bastante sin subir nada) y mientras voy puliendo el resto. Así al menos la espera,(que conmigo nunca es corta; la rapidez no es una cualidad que me caracterice), es más corta. 
Voy a intentar ir escribiendo trocitos más pequeños. Muchas gracias: por la paciencia, por leerme, por comentar, por apoyarme... Jo, gracias por todo a todos. Os quiero muchísimo,
Rise.